Boris Yeltsin -

El hombre que puso fin a la URSS se elevó al poder de Mijail Gorbachov. Irónicamente, pasó a deponer a su mentor y destruir su imperio, convirtiéndose en el primer presidente de la Rusia post-soviética.

Boris Yeltsin nació el 1 de febrero de 1931 en el pueblo de Butka, cerca de Sverdlovsk (ahora Ekaterimburgo), en los Urales, en una familia de campesinos. Su padre pasó varios años en campos de trabajo de Stalin acusados ​​de agitación antisoviética - Yeltsin sólo se unió al Partido Comunista en 1961, durante reformas anti-estalinistas de Jruschov. 

En 1955 se graduó en el Instituto Politécnico Ural (ahora Universidad Técnica Estatal de los Urales) con un grado en la construcción y comenzó su primer trabajo en una obra de construcción del mismo año. Trabajar en la construcción, que llegó a contar con la cabeza de una planta integrada de la construcción de viviendas. En 1968, de 37 años, se embarcó en una carrera del partido, pero no fue hasta el ascenso de Gorbachov al poder que él tiene su gran oportunidad.

A dedo por Gorbachov para sacudir la jerarquía corrupta partido Moscú, Yeltsin resultó ser un reformador entusiasta y lleno de energía. Su ascenso en el escalafón fue meteórica, pero pronto se cansó de que el ritmo de la "perestroika" y cayó con Gorbachov, finalmente renunciar al partido comunista en el congreso de un partido en 1990. Un año más tarde, surgió como el primer presidente electo de la Federación de Rusia República Federal dentro de la URSS.

El éxito o el fracaso momento llegó en agosto de 1991. política de "glasnost" espoleado los sentimientos nacionalistas largamente reprimidas en las repúblicas soviéticas de Gorbachov, mientras que muchos dentro del partido Comunista creció decepcionado con las reformas de Gorbachov. 

Por último, la línea dura del partido habían tenido suficiente. Con Gorbachov estaba de vacaciones en Crimea, intentaron un golpe de estado. El líder soviético fue puesto bajo arresto domiciliario durante tres días.
De vuelta en Moscú, las tropas rodean la Casa Blanca - el edificio del parlamento, ahora el hogar del gobierno ruso. Yeltsin encabezó la resistencia. condenando.

El golpe, se subió a un tanque y se recuperó la oposición de masas, convirtiéndose en un héroe popular. El golpe se desinfló con eficacia y Gorbachov volvió a Moscú, pero el apoyo que ya se había inclinado hacia Yeltsin.

Las cosas estaban fuera de control de Gorbachov. En noviembre, Yeltsin firmó un decreto que prohíbe el Partido Comunista en Rusia. A principios de diciembre, Ucrania votó por la independencia de la Unión Soviética. 

Una semana más tarde, el 8 de diciembre de 1991 Yeltsin llevó a cabo una reunión secreta con los presidentes de Ucrania y Bielorrusia en el Bosque Belovezh bielorrusa. Sus llamados Acuerdos de Belavezha declararon la Unión Soviética se disolvió, reemplazándola con la Comunidad de Estados Independientes (CEI). 

Frente a lo inevitable, Gorbachov renunció el 25 de diciembre de 1991. Dos días más tarde, Boris Yeltsin se trasladó a la antigua oficina de Gorbachov, tomando las riendas de la nueva Rusia.

Yeltsin llegó al poder en una ola de optimismo, que graniza una nueva era de la democracia y la libertad económica. En cambio, el país se sumió en el caos. Apenas unos días después de la disolución de la URSS, el gobierno emprendió una serie de reformas sin precedentes a lo largo de las líneas de "terapia de choque". 

Un cambio hacia la economía de mercado y la privatización masiva sacudió un país que se utilizó para afirmar el control al núcleo. El capitalismo salvaje oeste significaba la pobreza para muchos y la riqueza asombrosa para unos pocos, así como la depresión económica agobiante, la creciente inflación y el crimen rampante y la corrupción.  

Los salarios no fueron pagados y muchos pensionistas vieron sus ahorros de toda la vida exterminados. Las reformas pronto se hicieron ampliamente resentido, visto como "una descarga sin tratamiento".

En 1993, un callejón sin salida con los legisladores cada vez más frustrados empujó al país al borde de la guerra civil. oponentes de Yeltsin se atrincheraron en la Casa Blanca y se trasladaron a tomar el control del centro de televisión de Moscú.  

Yeltsin llamó en los tanques - y logró bombardear su camino fuera del conflicto. Una elección parlamentaria y se llevó a cabo una nueva Constitución, la concentración de poder en manos del presidente, fue aprobada en un referéndum.

Los tanques, aunque se necesitaban de nuevo en 1994, cuando la república sur de Chechenia trató de romper. Yeltsin envió tropas, comprometiéndose a aplastar la resistencia en días, pero la operación fallida se convirtió en una guerra sangrienta.

Por la elección presidencial de 1996, la carrera de Yeltsin parecía condenada. Sus índices de popularidad cayeron a un mínimo histórico, mientras que el Partido Comunista revivió recientemente disfrutó de un aumento del apoyo.

Sorprendiendo a muchos, Yeltsin puso en una enérgica campaña, prometiendo abandonar algunas de sus reformas económicas más impopulares y poner fin a la guerra de Chechenia. Frente a una fuerte competencia del líder comunista Guennadi Ziuganov, Yeltsin ganó por estrecho margen la votación en la segunda vuelta en junio. En agosto se negoció una paz con Chechenia.

A pesar de esta reaparición política asombrosa, Yeltsin era una fuerza gastada. Más tarde ese mismo año, se sometió a una cirugía de bypass de emergencia que lo dejó en el hospital durante meses.  

Episodios de mala salud, una crisis financiera desastrosa en 1998 y remodelaciones de gobierno agitados que siguieron tuvieron su efecto. En la víspera de Año Nuevo 1999, Yeltsin sorprendió a su país y al mundo al anunciar su renuncia, dejando el poder en manos de la poco conocida primer ministro Vladimir Putin.

A menudo mal-estar en el protocolo, Yeltsin fue recordado por sus metidas de pata y de mano izquierda chistes. Cree que han sido el resultado del abuso de alcohol, sus travesuras atrajeron la atención de todo el mundo. Yeltsin tomó famosa una batuta en Berlín y trató de cantar con la orquesta.  

En otro célebre incidente, él no pudo salir de su avión en el aeropuerto de Shannon para reunirse con el primer ministro de Irlanda. Después de su renuncia Yeltsin hizo pocas apariciones públicas, haciendo una excepción sólo para los torneos de tenis. Un gran fan de este deporte, que había energéticamente animar a los jugadores rusos.

Boris Yeltsin murió de paro cardíaco el 23 de abril de 2007, a los 76 años su servicio funeral en la catedral de Cristo Salvador de Moscú fue el primer sancionado por la Iglesia por un jefe de Estado desde hace más de cien años. Mientras el cuerpo de Yeltsin estaba en estado, miles se reunieron para dar el último adiós.  

Muchos no ocultó sus lágrimas. Rusia post-soviética nunca antes ha enterrado su líder y el pasado comunista se quedó muy por detrás. A diferencia de la mayoría de los líderes soviéticos, sepultado por el muro del Kremlin, el primer presidente de Rusia fue enterrado en el cementerio de Novodevichy de Moscú, un lugar de descanso de muchos prominentes artistas, científicos y políticos. Yeltsin le sobreviven su esposa Naina y sus hijas Yelena y Tatyana.

Boris Yeltsin guió a Rusia a través de un momento de gran cambio y desafío. Después de décadas de comunismo, cuando Rusia y la URSS fueron consideradas a menudo como uno y el mismo, la década de 1990 fueron el tiempo de forjar una nueva identidad y la recuperación de las tradiciones.  

La Rusia de Yeltsin vio un enorme resurgimiento religioso, muchas iglesias destruidas durante los tiempos soviéticos fueron reconstruidos y fiestas religiosas fueron una vez más hacia atrás en el calendario.  

El país pasó por un cierto auge de los medios de comunicación, que disfruta de mayores libertades políticas y civiles de lo que jamás había conocido, y la propia tallado un lugar entre las democracias más industrializadas del mundo, convirtiendo G7 en G8.

Muchos culpan a Yeltsin para demising la Unión Soviética, arruinando la economía y la caída de millones a la pobreza sin esperanza. Sin embargo, otros le dan crédito con traer al país un soplo de aire fresco ya que puso fin a más de 70 años de comunismo soviético.  

El arquitecto de la Rusia moderna, que ha alabado por líderes de Rusia en el camino hacia la democracia y la apertura al mundo. Boris Yeltsin puede haber dejado un legado controvertido, pero, sin duda, ha escrito su nombre en la historia de Rusia.

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