Rutherford B. Hayes**Decimonoveno presidente de los Estados Unidos



Abogado y político estadounidense, decimonoveno presidente de los Estados Unidos de América (1877-1881). Nació el 4 de octubre de 1822, en Delaware (estado de Ohio), y murió el 17 de enero de 1893, en Fremont (estado de Ohio). Su presidencia inició un cambio sustancial en las cuestiones internas originadas por el estallido de la guerra civil: se esforzó por borrar los vestigios de ésta y por restablecer la paz entre Norte-Sur, respetando los derechos de los estados sudistas perdedores. También imprimió seriedad e integridad a la presidencia tras ocho años seguidos de corruptelas acaecidos durante la administración de Ulysses S. Grant. Hayes introdujo una serie de reformas en la administración civil, la moneda y las relaciones laborales que acabaron enfrentándole a los líderes de su propio partido.

 Ulysses S. Grant

Miembro de una familia de clase media, el joven Hayes mostró excelentes cualidades para el estudio, gracias sobre todo al esfuerzo de un tío suyo, Sardis Birchard, que ejerció como su tutor durante su primera época escolar. Tras cursar sus estudios de secundaria en Norwalk (Ohio) y Middletown (Connecticut), Hayes ingresó en el Kenyon College of Gamber (Ohio) para cursar la carrera de Derecho, la cual completaría en la Harvard Law School, en 1845, el mismo año en que comenzó a ejercer la abogacía en Fremont, para, poco tiempo después, abrir su propio bufete en Cincinnati. Durante ese período, Hayes consiguió una extraordinaria fama como abogado bien formado, a raíz de la implacable defensa que llevó a cabo en dos juicios sonados sobre sendos asesinatos.

Inicios en la política

Se inició en la política de la mano del Partido Whig, en el año 1851. Una vez deshecha la formación, en el año 1855, ingresó en el recién creado Partido Republicano y fue nombrado abogado asesor de Cincinnati, entre los años 1858 a 1861. Hayes mantuvo siempre una postura moderada en relación al espinoso asunto de la esclavitud. Precisamente, durante los años precedentes al estallido de la Guerra de Secesión, Hayes llevó a cabo la defensa de algunos esclavos negros escapados de sus plantaciones sureñas.

Nada más estallar la guerra, en abril de 1861, Hayes se alistó como voluntario en el Ejército de la Unión. Sirvió en el 23 Ejército de Infantería de Ohio, con el que participó y se distinguió en varias confrontaciones sangrientas del conflicto. Fue ascendido al grado de coronel. En el año 1863, Hayes obtuvo su mayor éxito militar al frenar una intentona de invasión de las tropas rebeldes comandadas por el general sudista John Morgan, al que Hayes logró capturar vivo tras un enfrentamiento durísimo en el que él mismo resultó herido de gravedad. Por dicha acción, Hayes fue ascendido al grado de general de brigada.

 Abraham Lincoln

Al producirse la reelección del presidente Abraham Lincoln en el año 1964, Hayes fue elegido miembro del Congreso, cargo que no ocupó hasta diciembre de 1865, una vez que acabó su cometido militar. Distinguido por su elocuencia y talento político, en el año 1866 Hayes renovó su escaño. El poco tiempo que estuvo en su segunda legislatura, Hayes se encargó personalmente de la espléndida Biblioteca del Congreso, contribuyendo con su celo y buena administración al aumento de sus fondos bibliográficos.

En el año 1867, Hayes resultó elegido gobernador de Ohio. Renovó dicho cargo en tres legislaturas consecutivas, hasta 1872. Demostró honestidad, buena administración y un celo en el trabajo como nunca se había visto antes en Ohio. En 1872, volvió a presentarse para congresista en Washington, pero no obtuvo el apoyo suficiente de su propio partido y fue derrotado.

El camino de la presidencia


Votos electorales presidenciales por estado
Hayes permaneció en su bufete hasta el año 1875, fecha en la que se presentó nuevamente para gobernador. Esta vez salió elegido por una abrumadora mayoría. Fue entonces cuando la Convención Nacional de los republicanos pensó en él como candidato presidencial en sustitución de James Gillespie Blaine, político de más experiencia pero cuyo nombre se había visto envuelto en algunos casos de soborno y escándalos políticos. Hayes representaba el cambio perfecto para hacer frente a la candidatura del demócrata Samuel J. Tiden.

Cuando llegaron los primeros sondeos de los votos, a finales de 1876, la victoria parecía decantarse del lado demócrata, tal como luego se confirmó, con 184 votos para Tiden por 166 de Hayes. En vista de que ningún candidato tenía la mayoría necesaria (a Tiden tan sólo le faltaba un voto), el Partido Republicano impugnó las votaciones en cuatro estados (Carolina del Sur, Louisiana, Oregón y Florida), alegando fraude en el recuento. 

Finalmente, la decisión fue encomendada al Congreso, que formó una Comisión Electoral de Urgencia para resolver el conflicto. Dicha Comisión estaba formada por ocho republicanos y siete demócratas, por lo que, como era de esperar, la decisión acabó cayendo del lado de Hayes, en febrero de 1877. De nada sirvieron las amenazas, ya que Hayes fue investido presidente el 3 de marzo de 1877.

La presidencia de Hayes

La administración encabezada por Hayes mostró los aspectos negativos del sistema de partidos, al que quiso reformar para disminuir el control que éstos ejercían en la política local. Aunque durante su mandato no se repitieron los escándalos que habían desacreditado la presidencia de Ulysses S. Grant, sus logros fueron más bien escasos, enfrentado como estuvo a la maquinaria de su propio partido. A pesar de ser un hombre honrado y moderado, las circunstancias de la disputa electoral arrojaron dudas sobre su derecho a la presidencia que pesaron como una losa en su política.

La primera medida tomada por Hayes fue la de dar por concluida la Era de la Reconstrucción (1865-1877), es decir, dar por finalizado el proceso de readaptación de los estados del Sur a la Unión después de la guerra civil. Con ánimo de apaciguar a los estados sureños, Hayes cumplió con su programa electoral: mandó retirar las tropas federales de ocupación establecidas en los fuertes estratégicos de los estados sureños y nombró a un antiguo oficial confederado, David Key, de Tennesee, miembro de su gabinete en calidad de administrador general de correos. La inclusión de Key en el Gobierno levantó las primeras voces en contra del presidente. 

Para acabar con la corrupción, Hayes expidió un decreto por el que se prohibía a todos los que ostentaran el cargo de presidente o de secretario general en los partidos políticos ser nombrados funcionarios federales, precisamente para evitar abusos, cohechos y demás actividades ilegales.

Pronto fue consciente de que si quería llevar más lejos su política de limpieza de la corrupción y recuperar el prestigio del cargo presidencial tendría que gobernar también con su partido. En esta línea de actuación, acabó chocando inevitablemente con el líder de la poderosa facción de los stalwarts ('los robustos'), el senador de Nueva York Roscoe Conkling. 

La desunión entre presidente y partido aumentó cuando Hayes aplicó sus ideas reformistas dentro de la administración pública, atenazada por una burocracia federal basada en las prebendas y en el reparto de cargos públicos a los miembros simpatizantes del partido en el poder. Promulgó otro decreto que prolongaba al anterior por el que se prohibía el cobro de cuotas políticas a los empleados federales.


Con tal entramado legal a su disposición, para poner fin a la corrupción de la oficina aduanera de Nueva York (la oficina de recaudación fiscal más importante de todo el país), Hayes no dudó un instante en destituir a los dos cargos principales, Alonzo B. Cornell y Chester A. Arthur (futuro presidente), ambos aliados de Conkling. Herido por el intento del presidente de socavar su poder en el Partido Republicano de Nueva York, éste persuadió al Senado para que revocase la orden de despido presidencial. Tras una dura pugna en el Congreso, Hayes utilizó su poder de veto para obstaculizar los ataques de Conkling.

Conservador en política monetaria, intentó implantar el patrón oro en detrimento de la plata, siguiendo el ejemplo de las principales monedas europeas. Las intenciones de Hayes por anular las acuñaciones de monedas de plata no hubieran suscitado polémica de no ser por el hecho de que se habían descubierto importantes minas de plata en el estado de Nevada. Por ello, los intereses mineros del Oeste presionaron para que el Congreso no derogase el sistema del bimetalismo. 

El Congreso aprobó un proyecto de ley que determinaba la acuñación ilimitada de plata, al que Hayes interpuso su veto, hasta que, a mediados del año 1878, se llegó a una fórmula de compromiso con la Bland-Allison Act, la cual disponía que sólo podía ser acuñada en dólares una compra mensual de no menos de dos y no más de cuatro millones de dólares en lingotes de plata por parte del Gobierno.

A la cuestión de la plata se unió el problema sociolaboral planteado por una huelga salvaje a la que Hayes no tuvo más remedio que hacer frente enviando tropas federales para restaurar el orden. Tampoco prestó mayor atención a los problemas de los abusos ferroviarios, al progresivo poderío que iban adquiriendo los trustfinancieros ni a los constantes fraudes agrarios, por lo que, cuando anunció su renuncia a presentarse a una segunda elección presidencial, el balance de su presidencia arrojó un saldo bastante pobre.

Retirado de la política activa en Fremont, Hayes pasó el resto de su vida preocupado por varias causas de naturaleza social y humanitaria, tales como la reforma de las prisiones y la educación de la población de color en los estados del Sur.
mcnbiografias.com

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