El Pacto de Alcaraz: la incorporación a Castilla.


La victoria cristiana en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) provocó la caída del poder almohade, la fragmentación de Al-Ándalus en los terceros reinos de Taifas y la consolidación de la frontera del Guadiana con el Islam. Las Coronas de Castilla y León y Aragón protagonizaron el gran avance de la Reconquista en la Península Ibérica durante el siglo XIII.

La reunificación de los reinos de Castilla y León (1230) con Fernando III 'El Santo' supuso un impulso para la Reconquista. El rey Fernando III trasladó la frontera hasta el Guadalquivir mediante la ocupación de Córdoba (1236), Jaén (1246) y Sevilla (1248). El sultán de Arjona, Muhammad Ibn Nasr, lideró la resistencia musulmana contra Castilla en Al-Ándalus. Ibn Nasr 'El Rojo' o Alhamar fundó el reino de Granada en 1238 e instauró la dinastía nazarí en el trono de la Alhambra. El reino de Granada comprendía los territorios de Almería, Granada y Málaga.

El Rey de Castilla y León Alfonso X 'El Sabio'

En la Corona de Aragón, Jaime I lideró la expansión de la Reconquista en el Levante. Los mercaderes catalanes impulsaron la Reconquista de las islas Baleares, debido a los ataques de la piratería musulmana contra el comercio a través del Mediterráneo. Los nobles catalanes reconquistaron las Islas entre 1229 y 1235 con la toma de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera. Por su parte, los nobles aragoneses llevaron a cabo la Reconquista del reino de Valencia: Morella, Peñíscola, Castellón (1234), Valencia (1238) y Alzira.

El reino de Murcia era un territorio anhelado por las Coronas de Castilla y Aragón. El Tratado de Cazorla (1179) delimitaba las áreas de expansión de la Reconquista e incluía al reino de Murcia como territorio reservado para Castilla. El reino de Murcia vivió una etapa de esplendor en el reinado de Ibn Hud (1228-37) durante las terceras Taifas. Ibn Hud lideró el levantamiento contra los almohades y consiguió la hegemonía en Al-Ándalus con la conquista de Almería, Granada, Málaga y Córdoba.

El avance de la Reconquista y el acoso de los reinos islámicos vecinos propiciaron el declive del reino murciano. El Rey musulmán de Valencia aprovechó la debilidad de la taifa de Murcia para la anexión de Caravaca en 1232. El jefe del ejército islámico pidió al sacerdote Ginés Pérez Chirinos una demostración de una misa cristiana. El cura caravaqueño buscó sin éxito un crucifijo para oficiar la liturgia y, en ese momento, una pareja de ángeles dejó una cruz milagrosa en el altar. El milagro de la Vera Cruz provocó la conversión de los musulmanes al cristianismo.

Urna con las entrañas del Rey Alfonso X de Castilla en el Altar Mayor de la Catedral de Murcia

Tras la muerte de Ibn Hud, sus descendientes optaron por la capitulación con Castilla ante el acoso militar del reino musulmán de Granada. El Pacto de Alcaraz (1243) suponía para los musulmanes la entrega del reino de Murcia a la Corona de Castilla, "con la ciudad de Murcia e todos sus castillos, que son desde Alicante fasta Lorca e fasta Chinchilla", y el pago de impuestos a cambio de la conservación de autonomía en el poder político, de los cargos públicos, de los bienes y propiedades, de la religión islámica y de sus costumbres y tradiciones.

     Las tropas del infante don Alfonso reconquistaron el reino de Murcia con la única resistencia de las ciudades de Cartagena, Lorca y Mula. La Reconquista castellana de Murcia supuso el final de la dominación islámica tras cinco siglos, la restauración de la diócesis de Cartagena, el establecimiento de la Virgen de la Arrixaca como patrona del reino de Murcia y la construcción de la Catedral de Santa María en la ciudad costera. La culminación de la Reconquista en los reinos de Murcia y Valencia planteó el problema de la delimitación de la frontera entre Castilla y Aragón en el Levante.

Catedral de Santa María 'la Vieja' de Cartagena
Cehiform

El Tratado de Almizra (1244), firmado entre el infante don Alfonso y Jaime I 'el Conquistador', fijaba la frontera en una línea comprendida por las poblaciones de Biar, Sax, Villena y Villajoyosa. Alfonso X estaba casado con Violante de Aragón, hija de Jaime I 'El Conquistador'. 

Al final de su reinado, Alfonso X concedió al reino de Murcia cinco coronas para su escudo y la ofrenda de su corazón en muestra de su profundo agradecimiento por la fidelidad y la lealtad demostrada por sus súbditos murcianos.


¡Gracias por leerme! Fuentes de consulta:  regmurcia

 http://masobesi68.blogspot.com/

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