Pedro Sánchez ha expresado su decisión de extraer los restos del general Franco del Valle de los Caídos. La polémica está servida. Para unos, sería mejor no “reabrir las heridas” de la Guerra Civil con una actuación semejante. Para otros, resulta inconcebible que, en democracia, se mantenga inalterado un monumento que rinde homenaje a un dictador. En la actualidad, el Valle de los Caídos recibe entre 150.000 y 500.000 visitantes al año.

¿Por qué se decidió su construcción?
Ya antes de que acabara la Guerra Civil, existía en el bando franquista una gran inquietud por su “memoria histórica”. Había que alzar por toda la geografía nacional monumentos que conmemorasen el sacrificio de los “caídos por España”. El más importante de todos iba a ser el complejo situado en el valle de Cuelgamuros, en la sierra de Guadarrama, cerca de Madrid.

¿Cuándo se erige?
Las obras se iniciaron en 1940. Debían concluir en un plazo breve, pero los obstáculos técnicos fueron mayores de lo previsto. Había que excavar la roca para edificar la cripta prevista. Los trabajos no podrían darse por concluidos hasta 1958. En el proceso de construcción se recurrió a presidiarios como mano de obra, un aspecto que se discute en algunos entornos.

¿Qué costó?
Según Patrimonio Nacional, la construcción del Valle de los Caídos tuvo un coste de 1.086.460.331 pesetas (que hoy equivaldrían a 247,5 millones de euros). La liquidación final presentada por el interventor general de la Administración del Estado y Del Consejo de las Obras en 1961 establece un coste algo superior, de 1.159.505.687,73 pesetas.

¿En qué momento se inauguró?
El mausoleo se inauguró el 1 de abril de 1959, con ocasión del vigésimo aniversario del fin de la Guerra Civil. Allí se trasladaron los restos de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de la Falange. Una abadía de monjes benedictinos se instaló en el complejo.

¿Responde a un estilo arquitectónico?
El Valle se edificó con un estilo colosalista, como deja patente la gran cruz de 150 metros de altura que lo corona. Para sus detractores, se trata de una muestra de “Kitsch cristiano”.

¿Quiénes están enterrados en él?
En los años cincuenta, el régimen trató de reformular el simbolismo del recinto, que quiso presentarse como un espacio de reconciliación. Por eso pasó a enterrarse a combatientes de ambos bandos, aunque lo cierto es que los republicanos no recibieron honores. Los traslados de difuntos al Valle no cesarían hasta principios de los años ochenta. En lo que ha sido definido como la mayor fosa común de España se calcula que descansan los restos de 33.000 personas.

¿Qué estado presenta?
Tanto las esculturas como la cruz gigante se encuentran en mal estado. La piedra caliza que sirvió para construirlas no ha resultado tan resistente al tiempo como se pensaba. Las galerías y la cripta de la basílica tampoco se hallan en un estado óptimo de conservación.

¿Pueden recuperarse los restos de familiares?
En los últimos años, con el auge del movimiento en pro de la memoria histórica, el Valle de los Caídos ha sido fuertemente cuestionado. Se ha planteado, por ejemplo, la posibilidad de restituir a sus familias los cuerpos de muchos republicanos. Lo cierto es que no resulta fácil, porque, a menudo, la identidad de los cadáveres se desconoce, y en algunos casos no es sencillo distinguir unos restos de otros. Se ha dicho que el Valle de los Caídos alberga un “cadáver colectivo indisociable”.

¿Puede el gobierno dar luz verde a las exhumaciones?
Sí, pero, de cualquier modo, la autorización de la Iglesia resulta imprescindible para efectuar las exhumaciones. Eso es así en virtud de los acuerdos entre España y el Vaticano, que tienen rango de tratado internacional. En virtud de los mismos, son los monjes quienes permiten o no el acceso a la basílica.
 Francisco Martínez Hoyos