En el país inexistente. Capítulo 2


Hargeisa, Somalilandia. No les será fácil encontrar esta república en un mapa. En el norte del Cuerno de África, la antigua Somalia Británica declaró en 1991 su independencia de la antigua Somalia Italiana con el fin de desvincularse del conflicto que continúa hoy día en Mogadiscio. 

Pero pagó la paz con su práctica inexistencia. La comunidad internacional no reconoce este Estado con sus cuatro millones de habitantes divididos en tres clanes familiares que, aparte de la guerra, lo tienen todo en común con Somalia: la lengua, la pobreza y una cultura patriarcal que combina el islam con las antiguas tradiciones.
Estas incluyen la gudniinka fircooniga, la mutilación genital femenina “faraónica”, o infibulación infligida a las niñas a partir de los cinco años.
Escuchen la voz de Sadia Abdi, la joven directora de la ONG ActionAid en Hargeisa, que ha sido la fuerza motora de un movimiento cada vez más extendido de mujeres que luchan por eliminar la infibulación.


En el suburbio de Daami, la vegetación rebosa de basura y las cabañas circulares están cubiertas de harapos. Nuura Mahamud Muse y Habiba Mohammed Abdi están sentadas en una colchoneta cochambrosa recordando la tortura del ritual a las que las sometieron cuando eran niñas.
Cerca de ellas, dos mujeres que antes se dedicaban a la circuncisión nos cuentan cómo practicaban la escisión y la sutura.


Nimco Yousuf Omar y Maryan Jamal Farah vivieron toda su vida de vender hojas afiladas y agujas, hasta que un día la Coalición de Mujeres de Daami les explicó que no, que ese no era un trabajo como cualquier otro.


Sadia Abdi es una mujer culta, procedente de una familia muy respetada de Somalilandia. Estudió en Inglaterra y después volvió a las calles sin asfaltar y a los ajetreados mercados de su Hargeisa natal para reemprender una batalla que había sido su obsesión desde que tenía solo 14 años. 


En realidad, la conexión entre la infibulación y el Islam es un falso mito, tal vez el más fuerte de los estereotipos corrientes acerca de la MGF. Yousuf Abdi Hoore, imán de las mezquitas de Tawba y Alnuur en Hargeisa y miembro del Ministerio de Asuntos Religiosos, explica el motivo.


En Somalilandia, cualquier ley tiene que ser aprobada también por el Ministerio de Asuntos Religiosos. “Por eso, a pesar de todo, la MGF no se considera un delito”, explica Sadia Abdi. Mientras que en el plano institucional el acuerdo sobre el carácter perjudicial de la infibulación es casi unánime, el problema más controvertido afecta a una forma de MGF menos severa: un pequeño corte en el clítoris denominado sunnah, igual que la segunda fuente de legislación islámica después del Corán. 

El imán Yousuf Abdi Hoore explica que esta práctica se basa en una tradición profética (hadith) según la cual, un día, Mahoma, al encontrarse con una mujer que estaba realizando una escisión a su hija, le dijo:
“No exageres al cortar. Si no lo haces, su rostro será más luminoso y su esposo quedará cautivado”.
A diferencia de otros países musulmanes, Somalilandia sigue la escuela jurídico-religiosa shafi’i, que considera que la tradición tiene la misma importancia que el Corán como conjunto de preceptos vinculantes. Este es el principal obstáculo para que en este país se apruebe una ley que prohíba cualquier forma de MGF. Las coaliciones de mujeres no están de acuerdo y no renuncian a exigir tolerancia cero para cualquier forma de ablación, incluida la sunnah.


Mi hija tiene cinco años y va a seguir intacta, asegura Sadia Abdi. “No se perderá ni un día de colegio porque su menstruación la consuma de dolor. Podrá jugar y correr sin miedo a que los puntos se le puedan romper y se le abran. Jamás maldecirá haber nacido mujer”.

Para que entendamos lo abrumadora que es la presión social en este país, Sadia rememora la trágica historia de una prima suya que se suicidó porque no se le había practicado la infibulación y en el colegio la llamaban kinterleeyi, un insulto dirigido a las “zorras” con clítoris.

Gracias a la apacible testarudez de Sadia y a la implicación de ActionAid, actualmente en Somalilandia hay 53 coaliciones de mujeres que desafían al principal tabú.

¡Gracias por leerme! 

Fuentes de consulta: elpais.com/especiales
 http://masobesi68.blogspot.com/

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